siempre tan diferente,
dulce, amargo, a miel, a arándano...a chocolate.
De matices hermosos como la más caprichosa de las puestas de sol.
Unas veces niña. Otras adolescente. Otras, mujer. Y de nuevo niña.
Y sentirse culpable a veces. Y otras, tan feliz que da miedo.
Pero ¿miedo de qué? ¿De enamorarse demasiado? ¿De que se pueda acabar?
¿De que todo cambie, la edad, el trabajo, la vida que ha llevado hasta ahora tanto que no quepa ya en ella?
Fragmento del libro "Perdona si te llamo amor"
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